jueves, 1 de septiembre de 2011

PROVINCIA DE VERAGUAS



Provincia de Veraguas República de Panamá.
Fachada del Templo de San Francisco de la Montaña reconstruida en 1936. La austeridad y sencillez de su arquitectura exterior resguarda un interior profusamente ornamentado por la riqueza de formas y policromía en sus 9 altares; el púlpito; el bautisterio y todos los elementos complementarios a la decoración de sus naves, como son los 14 pilares extraordinariamente decorados que sostienen la cubierta del templo.

LA IGLESIA DE SAN FRANCISCO DE LA MONTAÑA
Este monumento histórico fundada en 1621, fue declarado "Patrimonio Nacional" en 1939, y actualmente se encuentra bajo estudio para ser incluido como "Patrimonio Cultural de la Humanidad" por la UNESCO.

Ubicación

Cruzando el puente de las Américas y después de recorrer 270 kms encontramos la ciudad de Santiago, a 17 kms de esta ciudad se llega al poblado de San Francisco de la Montaña en la provincia de Veraguas.

El sitio donde se ubica la comunidad y su templo pertenece a una región húmeda y selvática, cuyos fenómenos pudieron influir en las lluvias y nacimiento de abundantes cursos de aguas que dan el nombre de "Veraguas".

Fue un misionero de la orden dominica Fray Pedro Gaspar Rodríguez y Valderas quien funda en 1621 el poblado de San Francisco de la Montaña con aborígenes guaimíes de la zona, convirtiéndolo en uno de los más ricos centros poblados de esta región por su cercanía a las grandes minas de oro que hicieron conocer a la región como el Potosí de Tierra Firme.

Arte y tradición
"Al contemplar el maravilloso ejemplo de arte barroco popular americano constituido por el conjunto de altares, retablos y púlpito de la pequeña iglesia dieciochesca de San Francisco de la Montaña, en Veraguas, uno no puede menos que preguntarse cómo fue posible que se produjera en este apartado rincón de la geografía istmeña tal prodigio de manifestación estética y de fe cristiana. Hoy, recuperados los altares para nuestro patrimonio histórico, nos quedan como testimonio de ese estilo de vida, que aquí en América adquirió tonalidades de indianidad y criollismo".
Durante el siglo XVIII, los franciscanos esta¬blecieron los servicios religiosos para la comunidad de los guaimíes. Siempre con el objetivo de adoctrinarlos en la fe cristiana, organizaron un calendario de fiestas, tanto civiles como religiosas, en las cuales, hasta la fecha, están involucradas las tradiciones folklóricas aborígenes, incluyendo el vestido, las lenguas, la música con sus instrumentos autóctonos y teniendo como fondo, en algunas rancherías, su típica vivienda vernácula.

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